BORGES TE TOCA LOS OJOS
En la clase de Didáctica de la Lengua y la Literatura (27/03/2017) la profe Mariana Ocampo nos propone una consigna de escritura que resultó una de las tareas más lindas que me dieron en mi paso por la universidad:
*Pensarme en una escena de enseñanza. Por ejemplo,
dando clases en tal curso ¿Qué me imagino? Como si fuera una película. Una
narración que me tenga como protagonista y cuente una escena de enseñanza.
Me salió así:
-No hay cosa como la muerte para mejorar la gente-lo dice
con una sonrisa-. Buen día- apoya la mochila en su banco y gira la silla, se
sienta y usa el respaldar para apoyar los codos y las manos para apoyar la
cara.
Algunos alumnos ni notaron la presencia y los versos del profesor. Hay
uno en el fondo (Juan) que lo ve, mudo y con los ojos grandes. A él le va a
hablar el profesor. Y a la coloradita con pecas de mitad de la segunda fila.
-Hoy
vamos a hablar de la muerte- dice-. Y como Borges se murió, vamos a hablar de Borges.
Algunos dicen que no conoció mujer, que se pasó la vida entre libros. Sabemos
que los últimos años los pasó con una mujer bastante más joven que él.
Ignoramos si le daba besitos en la boca. Pero tonto no era ¿A ustedes alguna
vez los o las dejó alguien que amaban? Sí, a ustedes. A ver ¿quién se anima?
Algunas chicas se ríen bajito, como si la risa revelara algo
vergonzoso. Hay unos segundos de risas y murmullos. Juan, el del fondo, habla
-A mí me dejaron-el aula entera se da vuelta (menos la
colorada).
-¿Sí?- pregunta el profesor. Juan traga saliva.
-No sé qué hice mal.
-¿Hay que hacer algo mal para que te dejen?- insiste el profesor
-No sé, yo la quiero. Hice méritos pero se me fue. Voy a
seguir intentando. Un día va a tener que caer.
-Se cuenta que a Borges también lo dejaron. Por un amigo, también
poeta. Me duele una mujer en todo el cuerpo, escribió. ¿Adónde duele una mujer?
¿Es un dolor que llega y pasa o uno lo lleva puesto adonde vaya?
Alumnas y alumnos empiezan a hablar. Que también puede doler un hombre, dicen.
-¿Y Borges se olvidó de ella?-pregunta Carla.
El profesor, sin hablar, lento, muy lento, saca un libro de su mochila
(“El Hacedor”) y les lee “Delia
Elena San Marcos”, que habla de la muerte y de las despedidas y de Platón. Y
les dice que, como dijo Dolina, quizá lo más parecido a la muerte sea el
desamor.
Mientras escuchaba la opinión de ellos y ellas, sacó más
libros de la mochila. Los puso en el piso. Ellos y ellas, sin que nadie les
diga, se agacharon a verlos. Si la cosa iba bien, habían empezado a leer a
Borges. Y a entender que el amor también se termina.