martes, 30 de mayo de 2017


MURAKAMI ESPIRITUAL

Murakami madruga y escribe cinco horas por día. Se echa una siesta y todas las tardes sale a correr. Lleva así más de treinta años. Siempre intuyó que ejercitarse estimula su creatividad. En "De qué hablo cuando hablo de escribir", pone: "cuando la fuerza disminuye, decae con ella la capacidad de pensar. Se pierde agilidad mental, flexibilidad espiritual. En una ocasión me entrevistó un joven escritor y le dije: <<Un escritor está acabado cuando engorda>>". Yo sé de un cantante evangélico, muy famoso (no supe si leyó a Murakami) que dice que para él correr es un modo de orar. Corre a diario y tiene algunas canciones hermosas.





sábado, 6 de mayo de 2017


ZITARROSA ENTRE LAS PLANTAS

En el vivero de Zitarrosa hay una planta que se llama candombe. Son varias especies. A la "candombe del olvido" le pide que le devuelva lo que perdió. Cantor vegetal, Alfredo, te guía por el vivero y dice: que se baila y no se canta/ el candombe es una planta/ que crece/ y hasta el cielo se estremece. Sigue sin abrir los ojos, y parece un guía que se guía a él mismo en vez de hablarnos a los turistas de la canción, sigue sin abrir los ojos, y con la boca cortita dice que ya que hay que hablar de botánica, el candombe vuelve a amar y no se cansa/ la vida no le alcanza/ la muerte es una ingenua/ adivinanza. Y como una respuesta sin pregunta, se enerva y mira una candombe y grita fuego verde/ llamarada/ de tus roncos tambores del sur/ techo de seda bordada. No sabemos si irnos, si la visita termina con el grito. Pero la planta, la candombe se pone a cantar y olvida que Zitarrosa es su jardinero, y que la ama.