Con mi novia imaginaria sentimos una envidia mutua
-Yo te envidio- le dije
-Yo más
-Yo
-Yo- dijo
-Pruebas, quiero pruebas
-Ayer pensaste que sería hermoso un poema en el que alguien
va en caballo a la luna. Envidio esa idea
-Vos tenés un culo hermoso
-Vos no tenés sueño a la mañana
-Vos cantás como los dioses
-Vos creés en Dios
En ese momento, Dios enfureció y le dijo:
-Novia de él, ¿qué decís? ¿No ves que si él creyera en mí no
te necesitaría: él me pediría una novia real y yo se la daría?
Mi novia no supo qué decir. Yo envidié mucho que Dios le
hablara. Cada día nos envidiamos más. Mientras haya envidia, sé, estaremos
juntos. Lo demás es trivial. Irreal, casi.