lunes, 16 de octubre de 2017



BORGES TE TOCA LOS OJOS

En la clase de Didáctica de la Lengua y la Literatura (27/03/2017) la profe Mariana Ocampo nos propone una consigna de escritura que resultó una de las tareas más lindas que me dieron en mi paso por la universidad: 
*Pensarme en una escena de enseñanza. Por ejemplo, dando clases en tal curso ¿Qué me imagino? Como si fuera una película. Una narración que me tenga como protagonista y cuente una escena de enseñanza.
Me salió así:

-No hay cosa como la muerte para mejorar la gente-lo dice con una sonrisa-. Buen día- apoya la mochila en su banco y gira la silla, se sienta y usa el respaldar para apoyar los codos y las manos para apoyar la cara.
 Algunos alumnos ni notaron la presencia y los versos del profesor. Hay uno en el fondo (Juan) que lo ve, mudo y con los ojos grandes. A él le va a hablar el profesor. Y a la coloradita con pecas de mitad de la segunda fila. 
-Hoy vamos a hablar de la muerte- dice-. Y como Borges se murió, vamos a hablar de Borges. Algunos dicen que no conoció mujer, que se pasó la vida entre libros. Sabemos que los últimos años los pasó con una mujer bastante más joven que él. Ignoramos si le daba besitos en la boca. Pero tonto no era ¿A ustedes alguna vez los o las dejó alguien que amaban? Sí, a ustedes. A ver ¿quién se anima?
Algunas chicas se ríen bajito, como si la risa revelara algo vergonzoso. Hay unos segundos de risas y murmullos. Juan, el del fondo, habla
-A mí me dejaron-el aula entera se da vuelta (menos la colorada).
-¿Sí?- pregunta el profesor. Juan traga saliva.
-No sé qué hice mal.
-¿Hay que hacer algo mal para que te dejen?- insiste el profesor
-No sé, yo la quiero. Hice méritos pero se me fue. Voy a seguir intentando. Un día va a tener que caer.
-Se cuenta que a Borges también lo dejaron. Por un amigo, también poeta. Me duele una mujer en todo el cuerpo, escribió. ¿Adónde duele una mujer? ¿Es un dolor que llega y pasa o uno lo lleva puesto adonde vaya?
Alumnas y alumnos empiezan a hablar. Que también puede doler un hombre, dicen.
-¿Y Borges se olvidó de ella?-pregunta Carla.
El profesor, sin hablar, lento, muy lento, saca un libro de su mochila (“El Hacedor”)  y les lee “Delia Elena San Marcos”, que habla de la muerte y de las despedidas y de Platón. Y les dice que, como dijo Dolina, quizá lo más parecido a la muerte sea el desamor.

Mientras escuchaba la opinión de ellos y ellas, sacó más libros de la mochila. Los puso en el piso. Ellos y ellas, sin que nadie les diga, se agacharon a verlos. Si la cosa iba bien, habían empezado a leer a Borges. Y a entender que el amor también se termina.

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